El Rey Gaspar fue uno de los Tres Magos de Oriente que visitó al niño Jesús, el único hijo de Dios, pocos días después de su nacimiento, tras la persecución del Rey Herodes. Gaspar viajó desde tierras orientales montado en su camello, siguiendo la estrella mágica que lo dirigió, junto a Melchor y a Baltasar. Su cometido era doble: por una parte, quería conocer al hijo de Dios; por otra parte, quería honrarlo y, por ese motivo, le hizo un regalo muy especial: un pequeño cofre cargado con incienso. No olvidemos que el incienso tiene un significado concreto: prosperidad y purificación.
Según se piensa, el Rey Gaspar proviene de Asia. Esto se deduce de que, tradicionalmente, es representado con una barba oscura (castaña o morena), en alusión a los pueblos asiáticos. El nombre de Gaspar proviene de la lengua persa "kansbar", y tiene por significado "administrador del tesoro".